En primer lugar un río es un elemento natural que transporta agua, pero no solo eso, un río es un elemento cambiante en su comportamiento, no por ello imprevisible; por ejemplo todo el mundo es capaz de comprender que ante un fuerte período de lluvias, el nivel de agua del cauce tiende a subir debido a un mayor aporte de su cuenca.En segundo lugar, un río es un lugar donde hay vida en sus muchas variantes, tanto en el cauce como en sus riberas, ya sea fauna o flora. En tercer lugar, un río es un elemento generador de recursos de todo tipo, ya sea para la flora, fauna o para el ser humano.
Retomando el hilo del comienzo, históricamente el ser humano ha buscado establecerse en zonas próximas a los ríos debido a las grandes posibilidades de desarrollo económico que ofrece, buscando la tercera característica antes mencionada, pero frecuentemente olvidándose de las otras dos; es decir, se ha centrado en el desarrollo económico pero obviando otras características básicas entre las que se encuentran su carácter cambiante y generador de vida.
De esta manera cuando ocurren períodos de inundaciones o avenidas grandes áreas urbanizadas se ven anegadas precisamente por no tener en cuenta en su implantación la dinámica fluvial de la zona. Por lo tanto es necesario que la sociedad se replantee y entienda los criterios a tener en cuenta a la hora de valorar las posibilidades de desarrollo que ofrecen los entornos de los ríos para reivindicar una mejora de la calidad de vida de los vecinos y del propio río.
Si no es así únicamente se estarán exigiendo medidas de protección contra avenidas donde precisamente la propia implantación de viviendas o naves industriales ha sido la causa del conflicto, y no la presencia del río.
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